Yo la abrazaré bien fuerte y me la llevaré
conmigo tan pronto termine esta fiesta y viajaremos como las hojas de otoño,
hasta que estalle la primavera, y entonces buscaremos una ciudad donde nadie me
tache de viejo y floreceremos juntos y mientras nuestros amigos se vayan marchitando
nosotros seguiremos en todo nuestro esplendor, de estación en estación, viendo
pasar los trenes, las nubes y criando a nuestras hijas, todas como ella, y
cuando vuelen y dejen el nido vacío, volveremos a juntarnos con el viento hasta
caer de la rama y volar tan lejos como la llegada del invierno nos lo permita.
Pero antes soplaré estas seis velas.
Álvaro Corcuera
Un poquito de esperanza, me dare mi vuetla d ecuando en cuando por este blog, un saludo!
ResponderEliminarMe gusta la imágenes que evoca, mucho, pero algo se me escapa, (problema mío, seguro) no acabo de entender quién narra en ese final.
ResponderEliminarBesitos
Bueno, tendremos que esperar a que entre Álvaro y lo explique. Elysa.
ResponderEliminarGracias por pasar por aquí Guepa.
Hola Fernando, te debía una visita. Me han encantado las ilustraciones. A ver si me animo y te mando un micro. Saludos
ResponderEliminarAna
Encantado de tenerte por aquí.
ResponderEliminarAcabamos de empezar el año, y hay que empezar con buen pie, así que anímate!!! pero sin agobios, ¿eh?
Estaré encantado de publicarlo.
Un abrazo.
Qué imagen tan bella para una vida de amor en común!!; Me gusta este dúo : ilustración y palabras. Serán los pensamientos de un niño en su fiesta de cumpleaños, enamorado de la mujer que seguramente en un futuro no será su pareja ...pero es precioso!!.
ResponderEliminarUn abrazo para tí Fernando, y otro para el autor, Alvaro.